Hoy en la cocina, cuchillo en mano, al estar partiendo una coliflor (para ésta receta), solté sin querer esa frase tan recurrente… ‘ya se me acabaron las ideas’. Horor!, por que la temida frase puede tomar la forma de una pared infranqueable o, si estás de buenas, de un obstáculo divertido para saltar – y créanme hay muchos trampolines para eso.
Uno de los ‘problemas’ (jaja) de vivir ‘Paleo’ es que mientras es sumamente sencillo llenarse la barriga de pan, arroz y tortillas; hacer lo mismo con verduras tiene sus trucos – de ahí la necesidad de la creatividad.
Precisamente uno de esos trampolines de creatividad lo tenía en mi mano y estaba a punto de tirarlo a la basura mientras estas ideas circulaban por mi cabeza – el tallo de una coliflor. Alto!, no lo tires.
Los tallos de coliflor y brócoli tienen los mismos nutrientes que los brotes de la flor (a que no sabías que eran flores) y son buenísimos, aquí algunas ideas:
Otra idea es aprovechar las hojas de la coliflor, para hacer un rico complemento a un pescado o carne.
Corta las hojas de los tallos de la coliflor y colócalos en una charola para horno, derrite una cucharada de aceite de coco y cúbrelos con ella, añade un poco de sal y pimienta y mételos al horno (160C/350F) por 10 minutos. Los puedes acompañar con un poco de vinagre balsámico y unas almendras peladas en rebanadas o unas avellanas tostadas.
Nota: las hojitas mas tiernas son las más ricas, las más grandes pueden ser un poco fibrosas, pero… la fibra es buena!
En próximas entregas daremos tips para seguir aprovechando lo más posible los vegetales. Todo es cuestión de creatividad, escríbenos con tus ideas.
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